Sobre delegar
Sólo eres tan bueno como lo sea tu equipo. Pero para eso hay que saber delegar.
Y yo, no hace mucho (pocos meses, de hecho), estaba en un bloqueo con Exeal, justamente por esto: tenía más cosas que hacer de las que era capaz de hacer, pero no era capaz de delegar.
Es muy diferente delegar cuando sabes hacer tú mismo la tarea, y tomas la decisión estratégica de que la haga otra persona, porque tú aportas más valor en otro sitio; que cuando no sabes hacerla y quieres evitarla.
En el primer grupo, están la mayoría de tareas que delegaba cuando lideraba equipos de desarrollo en compañeros más junior. Podría ponerme a programar yo, pero aporto más valor haciendo otras cosas: negociando con stakeholders, definiendo la visión técnica, descomponiendo el trabajo o simplemente mentorizando.
Ahí es más o menos fácil, el único obstáculo es resistir la tentación de hacerlo tú porque podrías hacerlo más rápido y mejor, y “dejar ir”.
Pero cuando es algo que no sabes hacer, y encima es una actividad clave… la cosa se complica.
Es lo que a mí me pasó con la comunicación y el marketing.
Durante los 4 años que llevo con Exeal, he estado convencido de que hemos estado haciendo un trabajo de altísimo valor, pero no hemos sabido comunicarlo correctamente.
Influenciado por los gurús del emprendimiento y el mantra de “delega para poner foco en donde más aportas valor”, he intentado delegar esto varias veces en agencias y freelancers.
MEC. Error.
O al menos, a mí no me ha funcionado.
No sé si porque el tema de la comunicación es algo muy personal y siempre he querido tenerlo perfecto (que por cierto, ahora entiendo que mejor hecho que perfecto), o porque he tenido la mala suerte de ir a parar con vendehumos, o por una desafortunada combinación de ambas.
La cosa es que a base de fallar una y otra vez, empecé a desconfiar hasta tal punto de perder la capacidad de delegar.
Pero ya no con la comunicación, sino con todo.
MEC. Otro error.
Porque, por no delegar, y querer hacerlo todo yo (y evidentemente hacerlo mal o no hacerlo siquiera), acabé cayendo en burnout (otra vez).
Ha sido un proceso largo y duro hasta que me he dado cuenta y he tomado cartas en el asunto.
Un proceso de introspección, de aprendizaje, de cambiar la estrategia… pero también de cambiar mis propias creencias.
Esta vez, he elegido delegar de otra manera.
Para empezar, delegar las partes menos estratégicas. Mi estrategia de comunicación la defino yo. Si tengo que delegar algo, delegaré partes de la ejecución: la edición, el diseño, etc.
Pero lo más importante, es elegir a las personas adecuadas. Personas con las que sienta que realmente estamos alineados y en las que pueda confiar 100%.
No sé si es lo mejor, pero es lo que me funciona a mi y como me gusta trabajar.
Todo este proceso, no podría estar haciéndolo (porque esto es un work in progress) sin el apoyo del que a día de hoy puedo decir con orgullo que es mi equipo, al que no puedo estar más agradecido.